segunda-feira, 23 de maio de 2011

Vigilantes de los virus



El Laboratorio de Virología del Área de Microbiología de la Facultad de Medicina es uno de los tres centros nacionales de gripe reconocido por la OMS desde 1976 

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23.05.11

Vigilantes de los virus
Ortiz de Lejarazu trabaja en el laboratorio. :: HENAR SASTRE

El Centro Nacional de la Gripe, a caballo entre la Facultad de Medicina y el Hospital Clínico Universitario, es un laboratorio dedicado a la virología y microbiología que desde 1976 estudia y vigila las diferentes cepas de gripe y otros virus respiratorios presentes en Castilla y León y en España, ya que está integrado en la Red de Vigilancia de la Gripe de la Organización Mundial de la Salud. Forma parte así de la estructura supranacional que tiene la OMS para vigilar la gripe con el objetivo de detectar la aparición de nuevas mutaciones o recombinaciones del virus que, posteriormente, sirven para el diseño de la vacuna y junto con el Instituto Carlos III de Madrid y el Hospital Clínico de Barcelona, es uno de los tres centros nacionales de referencia.

El cometido del centro vallisoletano, que dirige el doctor Raúl Ortíz de Lejarazu, consiste en recoger la mayor cantidad de muestras posibles de pacientes sospechosos de tener gripe clínica de acuerdo con una definición previamente formulada: intentar el cultivo del virus a partir de las mismas, hacer una identificación previa y remitirlo, en este caso, al Centro Colaborador de la OMS de Referencia e Investigación sobre la Gripe de Mill Hill (Londres), donde se realizan pruebas de confirmación y se caracteriza definitivamente al virus. Una vez remitidas las muestras, en su destino se hace un análisis genético y se prepara un informe para la reunión anual que auspicia la OMS para cada hemisferio, norte y sur, con el fin de determinar cuales son los virus entre los cultivados de los casos de diagnóstico de cada hemisferio y cuáles son los candidatos para la vacuna del año siguiente.

El Centro de Valladolid forma parte de una red de 140 distribuidos por todo el mundo que participan con los respectivos gobiernos en los comités de vigilancia pandémica de la gripe y en la elaboración de los planes de salud pública. Además, tienen la misión de comunicar síntomas o presentaciones clínicas inusuales de los casos de gripe, así como verificar la eficacia de las vacunas, reportar semanalmente a la OMS y mantener a punto los sistemas de diagnóstico y de investigación. Para ello, deben ser superados distintos controles periódicos anuales (2 o más cada año) realizados por la OMS. Estas tareas se realizan en parte por técnicos de laboratorio del Área de Microbiología de la Facultad de Medicina coordinados por el doctor José María Eiros.

Hace pocos años se creó, mediante una convocatoria competitiva, una Unidad de Investigación clínica y médica en infección e inmunidad, que tiene su sede en el Servicio de Microbiología e Inmunología del Hospital Clínico, y que colabora activamente con el Centro de la Gripe, al igual que el grupo de investigación que lidera Ortiz de Lejarazu centrado en virología clínica, epidemiología, virus de la gripe y diagnóstico. «Esto supone una nueva visión de la inmunopatología de la gripe», destaca el director del centro, quien explica que se ha pasado de una tarea de diagnóstico biológico e investigación epidemiológica, a una investigación inmunopatogénica; «es decir, de qué forma el virus de la gripe produce daño en las personas, por qué algunas personas durante la pandemia (se refiere a la A) pasaron una infección que era una patología absolutamente normal o típica de cinco o seis días de duración y se recuperaban normalmente, y otras, de entre 20 y 50 años, enfermaban gravemente, tenían que ingresar en la UVI y algunos de ellos fallecieron».

Líderes mundiales

La respuesta a esta interrogante científica la dio este equipo en 2009, que lideró el primer trabajo mundial sobre respuesta inmunológica a la gripe A, y en el participaron trece centros de España y Canadá. Según los resultados de esta pionera investigación, los afectados que desarrollan una insuficiencia respiratoria tras infectarse con el nuevo virus gripal A/H1N1 presentan, desde los primeros días, niveles elevados en sangre de una serie de mediadores inmunológicos, denominados citoquinas Th1 y Th17, que se observan también en otras enfermedades inflamatorias.

El trabajo permitió conocer, tras medir 30 mediadores (citoquinas) diferentes en la sangre de los pacientes, qué se activa frente al virus. De esta forma, se observó que mientras los que cursaban de forma leve habían tenido la respuesta típica que se da en la gripe estacional, innata, los graves tenían una más parecida a la de algunas enfermedades autoinmunes como el lupus o similar a la del asma. Los pacientes de la UCI, que necesitan a veces incluso intubación, tienen una insuficiencia respiratoria porque desarrollan una respuesta inflamatoria potente que encharca los pulmones e impide respirar y los fallecimientos de gripe A eran consecuencia de esta complicación. La investigación revela que este mecanismo de defensa exagerado se da en unos pacientes y no en otros; de ahí, la diferencia de gravedad.

La investigación se realizó con quince pacientes leves; diez hospitalizados pero en planta y otros tantos muy graves, en UCI, además del grupo de control de quince personas sanas de diversos hospitales. Todos los enfermos seleccionados eran adultos, el 60% hombres y el 40% mujeres, y el 40% de los que cursaban de forma severa tenían problemas de obesidad (IMC de más de 30) además de algunos casos más anecdóticos de asma o diabetes. Gracias a este trabajo se sabe que los pacientes que acaban en una UCI tienen una respuesta más parecida a la del asma o a la de las enfermedades autoinmunes, que a una gripe común.

Los resultados de este trabajo refuerzan además la necesidad de empezar el tratamiento con antivirales cuanto antes en los pacientes con factores de riesgo como embarazadas, asmáticos y obesos, entre otros, para evitar el desencadenamiento de fenómenos inflamatorios indeseados que podrían explicar la aparición de la neumonía en estos pacientes. El equipo hispano-canadiense liderado por el doctor Jesús Bermejo y la evaluación de la respuesta inmunitaria, a través del seguimiento de grupos seleccionados entre la población de Castilla y León, determinando la respuesta específica humoral tras la vacunación anual de gripe.

En la revista 'Critical Care' aparecieron los primeros datos sobre la respuesta inmune frente al nuevo virus. El estudio coordinado desde el Clínico de Valladolid y en estrecha cooperación con el departamento de Medicina Intensiva del Hospital Joan XXIII de Tarragona, contó con la colaboración de virólogos del Hospital Clínic de Barcelona, inmunólogos de la University of Health Network de Toronto y médicos de Medicina Intensiva de la Fe de Valencia, entre otros centros sanitarios de toda España.

Las investigaciones continuaron en este caso con el objetivo de identificar los genes relacionados con los casos en que el virus de la gripe A provoca una neumonía grave. Este trabajo, resultado del seguimiento de pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos de siete hospitales españoles, entre ellos también el Río Hortega de Valladolid, consiguió ahondar en la respuesta inmune de los enfermos que requirieron esta vigilancia intensiva en unidades especializadas a causa de una neumonía grave durante la fase aguda de la gripe A. Los investigadores habían observado que algunas personas superan sin problemas la infección y otras derivan en esta complicación; pero, hasta ahora, se desconocía cuales eran los genes responsables de estas diferencias.

Los resultados, también publicados en la revista 'Critical Care', muestran una deficiente respuesta inmunológica en los casos severos; así como la generación de un ciclo nocivo que, en caso de ser interrumpido, podría mejorar el pronóstico y el ersultado final de la enfermedad.

Según este trabajo, los pacientes afectados de infección por el virus de la gripe A/H1N1, con enfermedad respiratoria grave ingresados en unidades de cuidados intensivos, se caracterizan por un fallo en la activación de un grupo de genes implicados en la respuesta inmune adaptativa, lo cual se traduce en la persistencia del virus en el tracto respiratorio. En aquellos pacientes que derivan en los casos más graves, «el fallo de activación de estos genes conduce a un ciclo constante de replicación viral que estimula la liberación de citoquinas, unas moléculas que son potentes mediadores de inflamación, y que podrían ser los causantes del daño pulmonar observado en estos casos». Los investigadores concluyen que la interrupción de este ciclo nocivo podría mejorar el pronóstico de la enfermedad, lo cual tiene una gran importancia para hacer frente a las infecciones graves.

Según Ortiz de Lejarazu, dos aspectos concretos caracterizan al Centro de la Gripe de Valladolid: que dentro del grupo de investigación existen epidemiólogos como Sonia Tamames y Tomás Vega, y que fruto del trabajo del grupo se elaboraron en su día unos criterios de definión clínica de gripe que se ha extendido y fue adoptada por el Grupo de Vigilancia de la Gripe en España.

En las instalaciones ubicadas en el Hospital Clínico se realiza una primera función de diagnóstico molecular fundamental para la eficacia del aislamiento y caracterización de los virus gripales y también se lleva a cabo un diagnóstico de más de 20 virus relacionados con otros procesos fundamentales para la vigilancia virológica.

Dr. Juan Antonio Montaño Hiros

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