terça-feira, 9 de outubro de 2012

Felinos Miedo, fobia y ansiedad en gatos


Escribe el Méd. Vet. Claudio Gerzovich Lis especialista en etología. Describe las causas, los signos comportamentales de estos trastornos de conducta en los gatos, para concluir con los criterios de diagnóstico y tratamiento.

Miedo
El miedo es una respuesta consciente, racional y emocional (hiperactividad autónoma, temblores, micción y defecación) ante la cercanía de situaciones u objetos que el animal considera peligrosos. Dicha respuesta generalmente es adaptativa y puede manifestarse a través de escape, pelea o inmovilidad, aunque también puede llegar a ser exagerada y aún mal adaptativa en animales que sufrieron experiencias adversas.
Fobia
Una fobia es una reacción de miedo desproporcionada, que incluye reacciones de evitación, irracionales y extremas. Mientras los miedos pueden disminuir en intensidad o incluso desaparecer ante la desensibilización sistemática (exposición gradual al estímulo que lo origina) o la inundación (exposición prolongada a un nivel máximo de estimulación), las fobias no se extinguen sólo con este tipo de técnicas.
Los miedos y las fobias más comunes en los gatos están relacionadas con ruidos fuertes, tormentas, ambientes extraños, objetos nuevos, animales y personas desconocidas. Sin embargo, en algunos casos puede presentarse una reactividad aumentada hacia una amplia variedad de estímulos, conocidos o no, lo que da origen a un síndrome de ansiedad generalizada.
Ansiedad
La ansiedad es un estado caracterizado por el aumento de la probabilidad de desencadenar reacciones emocionales análogas a las del miedo (vigilancia y búsqueda, hiperactividad autónoma y actividad motora aumentada), en respuesta a toda variación del entorno (interno y externo). En la ansiedad, la anticipación aprensiva del peligro es de origen desconocido o imaginario mientras que en el caso del miedo es causada por una amenaza externa reconocida conscientemente.
La ansiedad trae aparejada una desorganización de los autocontroles y por lo tanto una pérdida de la adaptabilidad a toda variación del entorno. Por tal motivo se considera a la ansiedad como una enfermedad de adaptación a la cual, por otro lado, los gatos son extremadamente sensibles.
De hecho, la mayoría de las patologías comportamentales que sufren los gatos están relacionadas con la ansiedad y muy pocas están exentas de ella.
Manifestaciones clínicas del miedo, las fobias y la ansiedad:
Podemos diferenciar dos tipos de manifestaciones clínicas del miedo, las fobias y la ansiedad. Por un lado es posible observar manifestaciones orgánicas. Entre las mismas, las que con mayor frecuencia se observan en los individuos que presentan estos trastornos son: taquicardia, taquipnea, temblores, dispepsia, diarreas y ptialismo.
Los signos comportamentales de estos trastornos son: reacciones de escape, inmovilidad, agresión por irritación y por miedo, comportamientos conflictivos y micciones y defecaciones emocionales. Las reacciones de escape, inmovilidad y agresión forman parte de las estrategias del comportamiento defensivo. La aparición de un comportamiento de eliminación con marcaje urinario es una de las manifestaciones más frecuentes de la ansiedad en el gato.
Mientras en los miedos y las fobias los signos son causados por estímulos externos bien definidos, en la ansiedad la anticipación aprensiva del peligro no está en relación a estímulos externos identificables. En general el estado ansioso es el resultado de la evolución de los miedos y las fobias.
Entendemos por agresión por irritación aquella que resulta de un descenso del umbral que dispara los episodios de agresividad y que está en estrecha relación con el estado reaccional y el humor del sujeto. Habitualmente es desencadenada por frustraciones, hambre, estimulaciones somatoestésicas repetidas y dolor. Debido a esto último, en toda agresión irritable es importante descartar la presencia de causas médicas orgánicas subyacentes.
La agresión por miedo es aquella que un individuo manifiesta cuando no es capaz de sustraerse a un estímulo que le produce temor. En estos casos puede no haber fase de intimidación y además los animales no controlan la intensidad de la agresión.
Los comportamientos conflictivos son actos motores que se manifiestan cuando un animal se ve imposibilitado de reaccionar, cuando es estimulado para realizar a su vez dos comportamientos mutuamente excluyentes o cuando se produce una ruptura de los aprendizajes. Existen tres tipos de comportamientos conflictivos: actividad de sustitución o desplazamiento, comportamiento esterotipado y comportamiento redirigido.
Actividad de sustitución o desplazamiento: cuando se activan simultáneamente dos pautas motoras contradictorias suelen aparecer actividades motoras voluntarias pertenecientes a un sistema conductual distinto de los anteriores.
Una actividad de sustitución es un comportamiento normal pero que se manifiesta fuera de contexto y habitualmente de manera exagerada. Dicho en otras palabras, cuando un individuo se halla en un estado de sobreexcitación
sin que pueda reaccionar por la vía habitual, puede responder ejecutando una actividad que no tiene ninguna relación directa con el contexto. Las actividades de sustitución están compuestas por secuencias comportamentales que se interregulan y su cumplimiento produce la señal de parada, es decir de finalización de la actividad. Entre las actividades de desplazamiento más frecuentemente observadas en los gatos se encuentran comportamientos tales como lamido, que puede originar la alopecia extensiva felina, succión y deambulación.
Si el estado ansioso no es tratado, las actividades de desplazamiento pueden evolucionar hacia los denominados comportamientos estereotipados. Los mismos son actos motores que se repiten regularmente sin ninguna función evidente. La diferencia más notable con respecto a las actividades de sustitución está en relación a la señal de parada. Mientras en estas últimas siempre hay una señal de parada, la cual lleva a una fase de apaciguamiento, en los comportamientos estereotipados no existe dicha señal por lo cual será necesario un estímulo externo para detener la ejecución el comportamiento
Comportamiento redirigido: cuando se activa un comportamiento cuyo objetivo no es posible alcanzar el animal dirige el mismo hacia un objetivo accesible para la descarga de ese comportamiento. La agresión se encuentra entre los comportamientos redirigidos más comúnmente observados. Un ejemplo de ello se presenta cuando dos gatos se pelean y un ser humano, habitualmente el dueño de uno o de los dos animales, resulta agredido al acercarse a su animal durante o incluso minutos después de la pelea.. Cuanto más excitado esté el gato más tiempo demorará en calmarse y mayor será la probabilidad de que redirija la agresión.
Diagnóstico
Aunque las manifestaciones clínicas son las que nos guían en el diagnóstico de miedo, fobia o ansiedad, aquí nuevamente es necesario remarcar que dichas respuestas son signos que pueden estar presentes en varias patologías comportamentales y por lo tanto la comprobación de su presencia no significa haber diagnosticado una enfermedad sino un signo de alguna. En todos los casos será necesario un diagnóstico etiológico para llegar a establecer un diagnóstico completo.
Para ello es necesario llevar a cabo el examen clínico del paciente, una detallada entrevista comportamental y eventualmente análisis complementarios para descartar que una causa orgánica que pueda estar contribuyendo con el problema.
Tratamiento
El tratamiento básico de estos trastornos está constituido por dos tipos de terapia: comportamental y medicamentosa. Si bien puede ser posible la implementación de sólo una de ellas, la mayoría de las veces la combinación de ambas aporta los mejores resultados. La terapia medicamentosa suele permitir una rápida mejoría en comparación con la psicoterapia lo que estimula a los propietarios a implementar esta última, la cual permitirá que los resultados
obtenidos perduren en el largo plazo.
M.V. Claudio Gerzovich Lis
Comportamiento animal
Buenos Aires - Argentina.

Nenhum comentário:

Postar um comentário