sábado, 2 de março de 2013

La premedicación con glicopirrolato mejora el tratamiento de la piroplasmosis equina


Por lo general la piroplasmosis se trata con imidocarb pero este fármaco tiene importantes efectos secundarios en el tracto gastrointestinal. Un grupo de investigadores realizó un estudio en el que ponía de manifiesto que la premedicación con glicopirrolato evita dichos efectos secundarios sin retrasar el tránsito del intestino delgado.
La enfermedad protozoaria transmitida por garrapatas, piroplasmosis equina (EP), afecta a los caballos en todo el mundo, causando anemia hemolítica e incluso la muerte. El medicamento veterinario de elección para la eliminación de los parásitos causantes, Theileria equi y Babesia caballi, es imidocarb dipropionato, una sustancia eficaz pero que comúnmente causa efectos secundarios adversos tales como diarreas y cólicos intensos y, en casos raros, toxicidad hepática y renal. Un grupo de investigadores en Escocia examinó recientemente formas de minimizar las complicaciones gastrointestinales en el tratamiento de la EP con este medicamento.
En el estudio, presentado en 2012 en el congreso de la Asociación Americana de Veterinarios Equinos (AAEP) Convenio y que aparece en www.thehorse.com, la autora, Janina Kutscha, de Aberdeen, Escocia, indica que trataron a seis caballos con uno de los tres protocolos de tratamiento una vez a la semana o bien con una solución salina de control.
Para evaluar los efectos de la medicación en los intestinos, el equipo midió el tiempo transcurrido desde la ingestión del fármaco hasta que llega al ciego (tiempo de tránsito orocecal o OCTT) utilizando un test estable, de aliento de isótopo no radiactivo. Se observó que OCTT es dependiente del vaciado gástrico y del tiempo de tránsito intestinal. La prueba consiste en alimentar con un carbohidrato no absorbible marcado con isótopo, al caballo, que pasa a través del estómago y el intestino hasta que alcanza el intestino ciego. Allí, los microbios cecales dividen la sustancia marcada y el isótopo aparece finalmente en el aliento exhalado a través de la transferencia de sangre a los pulmones. Los investigadores evalúan los isótopos recogidos de muestras de aire espirado mediante el uso de espectroscopia de masas para calcular OCTT.
Kutscha explicó que los investigadores premedicaron el grupo de tratamiento con imidocarb intramuscular (IM) con solución salina (I/S) intravenosa (IV), atropina (I/A) IV, o glicopirrolato (I/G) IV. Dieron a los caballos control IV y solución salina IM. Los investigadores recogieron muestras de aliento y completaron los exámenes físicos a intervalos regulares, antes y después de la administración del fármaco. Además, se evaluaron en cada caballo signos vitales específicos, como la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, el color y llenado capilar de las membranas mucosas y los sonidos intestinales audibles. De particular interés fueron la gravedad y la duración de los cólicos y la diarrea.
El protocolo de I/S causó cólico y diarrea severos, con sonidos intestinales incrementados y las tasas respiratoria que duraban varias horas. Tuvo un efecto mínimo en la OCTT, dijo Kutscha, lo que indica que imidocarb ejerció su acción primaria sobre el colon lo que dio como resultado una motilidad intestinal anormal que condujo a la diarrea y cólico.
Los investigadores no detectaron signos de cólico en el grupo de I/A, aunque se observó un aumento significativo en OCTT y una disminución en los sonidos audibles del intestino lo que indicó efectos tanto en los intestinos delgado como grueso. La frecuencia cardíaca se mantuvo elevada durante un tiempo más largo que con la premedicación de glicopirrolato.
Los caballos del grupo I/G no mostraban signos de cólico, los OCTT fueron similares a los de los controles de solución salina, y sus sonidos intestinales audibles disminuyeron sólo ligeramente; estos hallazgos indicaron que, una vez más, el principal efecto de la medicación era en el colon. Kutscha y sus colaboradores observaron un aumento del ritmo cardíaco más pequeño para una duración más corta de lo que se vio con el protocolo I/A.
Los investigadores determinaron que cuando se aborda la piroplasmosis equina utilizando imidocarb, la premedicación con glicopirrolato previene los efectos secundarios gastrointestinales sin retrasar el tránsito del intestino delgado. Kutscha enfatiza que "en última instancia, mejora el bienestar de los caballos".

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