Carnicería en Tel Aviv (Foto: Sxc.hu) |
Primeras reacciones a la decisión polaca
Israel ha condenado la decisión adoptada recientemente por el Parlamento polaco que prohíbe el tradicional sacrificio religioso de animales. Tanto el ritual judío como el musulmán exigen que la carne proceda de animales a los que se les corta la garganta desangrándose hasta la muerte sin aturdimiento previo.
Tras la decisión del Parlamento polaco de rechazar una propuesta de Ley del Gobierno para levantar la prohibición del sacrificio religioso de animales se han comenzado a escuchar las primeras reacciones al respecto.
Según informa Alerta Digital, el fallo de la Corte Constitucional ha sido, en gran medida, algo simbólico, ya que entra en vigor el 1 de enero, el mismo día en que se anula por una directiva de la Unión Europea el establecimiento de normas comunes para la producción de comida kosher y halal en el bloque de los 27.
Activistas de derechos de los animales que cuestionaron esta ley, aseguran que las regulaciones deben ser individuales por parte de los estados miembros de la UE, para que puedan pedir excepciones. Mientras, judíos y musulmanes, insisten en el que aturdimiento es incompatible con las normas de su fe.
Algunos países de Europa Occidental con grandes comunidades musulmanas, fueron algunos de los opositores al acusar a las campañas de bienestar del animal motivadas por el racismo.
Judíos y musulmanes representan una pequeña minoría de varias decenas de miles de personas en esta nación, mayoritariamente católica de 38 millones de personas.
La carne kosher en particular, tiene algo simbólico porque Polonia era el corazón del judaísmo de Europa hasta que la Alemania de Hitler mató a la gran mayoría de la comunidad durante la Segunda Guerra Mundial.
Polonia es también un importante productor de ambas comidas, pues la carne kosher y halal la exportan a otros países europeos. El país es el hogar de dos docenas de mataderos especializados en los rituales de kosher y halal, con un valor en las exportaciones en el pasado año que se estiman en 200 millones de euros.
Por su parte, Israel ha mostrado su decepción con la decisión del Parlamento polaco de prohibir un importante ritual religioso que ha sido una práctica común entre millones de judíos desde tiempos antiguos, según un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores israelí.
En la nota, la Cancillería califica de “totalmente inaceptable” la decisión y considera que “daña seriamente el proceso de restauración de la vida judía en Polonia” tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayor parte de la población judía fue asesinada. Israel exhorta a Polonia a revisar la decisión, a fin de impedir que se produzca un “descarado golpe a la tradición religiosa del pueblo judío”, tal y como informa abc agencias.
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