sábado, 24 de março de 2012

Leishmaniasis visceral: GUIA PARA EL EQUIPO DE SALUD (Argentina)

Transcribimos de este documento del Ministerio de Salud de Argentina los apartados referidos a “Infección en el perro” e “Información para la comunidad”; y al final el link para su lectura completa.

"La importancia de diagnosticar la infección y reconocer la enfermedad en los perros, radica en que son los reservorios urbanos conocidos de leishmaniasis visceral, son la principal fuente de infección para los vectores, y porque pueden seguir siendo infectantes a pesar del tratamiento que mejora su condición clínica…”

INFORMACIÓN PARA LA POBLACIÓN

1. ¿Qué es la leishmaniasis?


La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria transmitida por un flebótomo (insecto pequeño de 2 a 3 mm). Hay varios tipos de parásitos que producen leishmaniasis, y según de que tipo se trate, la leishmaniasis afectará diferentes órganos y tendrá diferente gravedad. En Argentina las formas que existen son la forma conocida como leishmaniasis cutánea que produce lesiones en la piel y a veces en las mucosas (nariz, boca, etc) y la leishmaniasis visceral, que es la forma más grave y que produce fiebre, perdida de apetito, cansancio entre otros síntomas.

2. ¿Cómo se contagia la leishmaniasis?

La leishmaniasis se transmite solamente por la picadura de algunas especies de flebótomos, insectos muy pequeños conocidos como torito, plumilla o carachay. Ese flebótomo, pica generalmente durante la tarde y la noche.

Solo los flebótomos que tienen el parásito pueden transmitir la enfermedad. Para poder conta­giar la enfermedad el flebótomo previamente se debe haber alimentado con sangre de algún animal enfermo de leishmaniasis. No se transmite directamente de una persona a otra, ni a través de objetos ni de la leche materna.

El flebótomo que transmite leishmaniasis se desarrolla en lugares húmedos y oscuros cubiertos de vegetación, rincones, paredes o troncos de los árboles. No se reproduce en el agua, ni en las zanjas.

En la forma mas grave de la enfermedad, la leishmaniasis visceral, el perro tiene una im­portancia fundamental, ya que es el “reservorio de la enfermedad”. Esto quiere decir que es el animal que al estar infectado de leishmaniasis, permite que los flebótomos se contagien y puede contagiar a los seres humanos. Por eso es necesario detectar la infección del perro en las comunidades.

3. ¿Cómo puedo hacer para prevenir la leishmaniasis visceral?

La primordial medida preventiva es erradicar los sitios de cría del flebótomo de los hogares para evitar que los perros se infecten, y detectar los síntomas que en el perro pueden hacer sospechar leishmaniasis.

Se debe consultar con un veterinario si el perro presenta caída del pelo alrededor de los ojos y orejas, fatiga e inactividad, adelgazamiento, seborrea escamosa y crecimiento exagerado de las uñas.

Se debe mantener el terreno alrededor de la vivienda libre de malezas y de acumulación de desechos de animales. Los corrales deben ser ubicados lejos de las viviendas, y los animales domésticos y mascotas deben tener los sitios de dormir alejados de las sitios donde duermen las personas.

Además se debe evitar traer de perros de las zonas donde hay casos de leishmaniasis.

4. ¿Cuáles son las zonas de riesgo para la leishmaniasis visceral?

En Misiones, Formosa, Corrientes y Santiago del Estero, se han presentado casos de personas o perros con esta enfermedad.

5. ¿Cómo puedo saber si tengo leishmaniasis visceral?

Si Ud presenta fiebre prolongada, pérdida de apetito, disminución de peso, tos seca, aumento del tamaño del abdomen, diarrea y vómitos, debe consultar a un servicio de salud, donde le dirán si esos síntomas pueden ser debidos a leishmaniasis.

TRABAJEMOS PARA CONTROLAR LA LEISHMANIASIS

La primordial medida preventiva es erradicar el flebótomo de los hogares y evitar que los perros se infecten, y detectar los síntomas que en el perro pueden hacer sospechar leishmaniasis. Para eso:

• Erradiquemos hojas y malezas de los alrededores de las viviendas y la basura acumulada en nuestras casas.

• Mantengamos el terreno alrededor de la vivienda libre de malezas y corrales, y los ani­males domésticos y mascotas alejados de la vivienda durante la noche.

• Utilicemos repelentes para insectos, mosquiteros o telas metálicas.

• Usemos camisas de manga larga y pantalones o coloquémonos repelente en el caso de transitar por zonas selváticas o con mucha vegetación.

• Los perros deben se controlados periódicamente por un veterinario, por lo menos 2 veces al año.

Además

• Se deben limpiar los lugares donde habitan los perros y evitar que sean picados por los flebótomos mediante collares o pipetas repelentes que deben ser renovadas según las ins-trucciones.

• Debemos estar atentos si nuestra mascota presenta:

- Caída del pelo especialmente alrededor de los ojos y las orejas.
- Fatiga.
- Pérdida de peso.
- Seborrea escamosa (como caspa).
- Crecimiento exagerado de las uñas.
- Ulceras en la piel.
- Hemorragia nasal.
Y si aparece alguno de esos síntomas llevarlo al veterinario.
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INFECCIÓN EN EL PERRO


La importancia de diagnosticar la infección y reconocer la enfermedad en los perros, radica en que son los reservorios urbanos conocidos de leishmaniasis visceral, son la principal fuente de infección para los vectores, y porque pueden seguir siendo infectantes a pesar del tratamiento que mejora su condición clínica.

La incidencia en los perros es siempre superior a la incidencia en humanos y usualmente la infección en perros precede a los brotes en humanos. Los perros infectados, con o sin sínto­mas, pueden transmitir la enfermedad.

El período de incubación de los perros infectados con Leishmania infantum es usualmente de 2 a 12 meses.

No existen síntomas específicos de la enfermedad, por lo que debe haber confirmación diagnóstica por métodos parasitológicos o serológicos. Se pueden presentar signos cutáneos como alopecía y costras especialmente alrededor de los ojos, seborrea, dermatitis, úlceras que no cicatrizan (semejantes a las que se observan en la leishmaniasis cutánea por L. braziliensis), crecimiento atípico de uñas (onicogrifosis), signos oculares como queratocojuntivitis y uveítis, pérdida de apetito, astenia, adenomegalias, y con el avance de la enfermedad fiebre, diarrea, hepato-esplenomegalia, falla renal y sangrado espontáneo los que conducen al óbito.

Los tratamientos farmacológicos de perros afectados de leishmaniasis visceral, pueden mejorar los síntomas en el perro, pero aún así los perros siguen siendo infectantes al vector. Además el tratamiento con drogas utilizadas en humanos, aumenta el riesgo de generación de cepas resistentes a dichos medicamentos.

La protección parcial que generan los elementos repelentes como collares y pipetas, útiles para proteger a los animales sanos, no garantizan la interrupción de la transmisión por parte de los perros infectados con o sin tratamiento y las vacunas disponibles a la fecha no demuestran eficacia para interrumpir la transmisión de la leishmaniasis, por lo que al no existir instrumentos para evitar que los perros infectados transmitan la enfermedad al hombre y a otros perros, la conducta indicada es el sacrificio humanitario de perros infectados.
FUENTE:
http://www.msal.gov.ar/medicoscomunitarios/images/stories/Equipos/problemas-priorizados-salud/guia-Leish-visc-completa.pdf

Fonte: ANIMALES XXI

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