terça-feira, 19 de junho de 2012

Cómo ayudar a un caballo a soportar altas temperaturas


(Foto: Sxc.hu)

Por Joaquín Ventura García



El bienestar de los caballos en verano, con las altas temperaturas, puede verse comprometido. Además del estrés térmico también sufren la presencia de insectos que les molestan y les pueden transmitir enfermedades.
Estamos en pleno verano en el Hemisferio Norte. En algunas zonas de, por ejemplo, España, las temperaturas pueden superar con facilidad los 35 o incluso los 40 grados. El bienestar de los caballos se ve comprometido bajo estas condiciones tanto por estrés térmico como por la presencia de insectos que les molestan y les pican. ¿Qué recomendaciones básicas hay que hacer a los clientes propietarios de équidos? Resumimos un artículo aparecido en TheHorse.com.

Lo primero que deben tener en cuenta los propietarios o encargados de la cuadras es que cuando las temperaturas son altas es fundamental que los animales tengan acceso permanente a agua fresca y limpia a libre disposición. Un caballo puede beber más de 90 litros de agua al día cuando hace mucho calor. Hay que tener la precaución de asegurarse de que todos los caballos de una manada beban lo suficiente, ya que si están en grupo los animales más sumisos pueden tener problemas para llegar a los bebederos. En ese caso, puede ser una buena idea añadir bebederos temporales extra.

Es conveniente añadir algún suplemento electrolítico al agua de bebida, para compensar las pérdidas por el sudor, y que los caballos tengan acceso a bloques de sal o reciban un suplemento diario de sal para que se cubran bien los requerimientos diarios de cloruro sódico.

Respecto a los insectos, que son mucho más abundantes en verano, molestan a los animales con su presencia y sus picaduras, además de que pueden transmitir enfermedades. Hay que utilizar repelentes y desinsectar lo mejor posible para disminuir su presencia.

Hay que tener en cuenta que el estrés por calor se hace más soportable cuando los animales están paciendo tranquilamente que en situaciones de esfuerzo. Así que también habría que comentar a los propietarios que intenten evitar que los caballos trabajen en los momentos de más calor: es complicado limitar la actividad precisamente en verano, cuando las cuadras de recreo tienen más movimiento, pero no sacar a los animales durante las horas centrales del día evitará problemas (incluso alguna insolación de los clientes…).

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